Del Río, hell (rudo) número uno de WWE

A diez meses de haberse unido al universo de la WWE, Alberto Del Río ya ocupa un lugar de privilegio dentro del roster de la empresa y dentro del gusto de los aficionados; la consecución del Royal Rumble 2011 y el combate en el que disputó el Campeonato Completo frente a Edge, son pruebas irrefutables del ascenso meteórico que ha tenido el hijo de Dos Caras.

Pero cabe señalar que el éxito del que hoy goza no es producto de la casualidad, pues el Gigante Potosino dejó de lado la categoría de estrella de la que gozaba en México y trabajó medio año en el territorio de desarrollo que la WWE tiene en Florida (FCW), lo cual hoy en día está rindiendo frutos.

“Por supuesto que valió la pena ir al territorio de desarrollo y eso no quiere decir que sacrificara nada, todos tuvimos que ir, hay una sola persona que no haya pisado desarrollo. La verdad me siento muy contento de haber estado ahí porque por eso llegué como llegué; yo debuté y al mes yo ya era una superestrella y a los dos meses ya estaba generando rating porque ya sabía trabajar las cámaras, sabía hablar en el micrófono como les gusta en Estados Unidos y por eso yo le comenté a Sin Cara que no sería mala idea que fuera un ratito para allá”, indicó.

La fanfarronería, el despotismo y la soberbia son algunas de las características que le dan el sello a su personaje y gracias a las cuales es odiado por muchos y seguido por otros tantos. Por todo ello, el mexicano no titubea en afirmar que actualmente no hay un hell que se le compare dentro de la WWE.

“Soy el rudo número uno de WWE y disfruto mucho ser hell, lo adoro, incluso ya les dije que no quiero que me hagan técnico nunca más porque me divierto muchísimo. Crear este personaje fue muy divertido porque lo saqué de toda la gente que me ha caído gorda a lo largo de mi vida; simplemente el movimiento de las manos lo saqué porque recordé que lo hacía mucho Maradona y lo odiaba en ese entonces”, señaló el mexicano que para finalizar aseguró que cuenta con la venia del mandamás de la empresa para darle vida a Alberto Del Río como mejor le parezca.

“Tuve completa libertad para crear a Alberto Del Río, Vince McMahon me dio libertad para hablar, a mí los escritores no me dicen qué decir simplemente me dan una línea de la historia y a partir de ello yo hablo lo que quiero, incluso el mismo jefe me ha dicho que no es lo mismo el sentir o la forma de expresarse de un norteamericano a la de un latino”, concluyó.