"no me gusta que represente a los latinos".

El luchador mexicano Alberto del Río participará en la próxima edición de Royal Rumble, un evento donde también participa Rey Misterio, a quien ha declarado la guerra en una entrevista con Efe: "Siempre ha salido de víctima y yo soy el victimario, no me gusta que represente a los latinos".

Alberto del Río es la gran esperanza mexicana de cara a alzarse con el triunfo en la próxima edición de Royal Rumble, un certamen producido por la World Wrestling Entertainment (WWE) que cuenta con 40 luchadores profesionales y que tendrá lugar el próximo 30 de enero en el pabellón TD Garden de Boston (Estados Unidos).

"Este es el mayor Royal Rumble que ha existido en toda la historia de la WWE. Al final de la noche el único que va a quedar en pie voy a ser yo", ha afirmado Del Río, un luchador de casi dos metros de altura y 120 kilos de peso.

Las normas de esta competición son sencillas: el ganador será el último luchador que quede en el cuadrilátero después de que todos los combatientes hayan entrado en él y hayan sido eliminados, eso sí, tras ser arrojados por encima de la tercera cuerda.

"Hay una gran competencia porque depende del lugar en el que sales al ring. Si te toca el número 39 tienes mucha ventaja, pero no me importa si salgo primero, quinto o al final", ha asegurado el luchador nacido en San Luis de Potosí.

Del Río viene de una familia de luchadores. Su padre fue el carismático Dos Caras, quien logró tres títulos (1984, 1989 y 1992) de los pesos pesados de la Universal Wrestling Aliance (UWA).

"Mi ídolo fue mi padre, tanto en mi infancia como ahora cuando es un adulto. Recuerdo cuando jugaba con mis amigos en el recreo y ellos eran Bataman o Superman y yo era mi padre", ha indicado este profesional de la lucha libre, quien ha confirmado que su carrera se ha cimentado "en base a los consejos" de su progenitor.

Y es que uno de las señas de identidad de esta luchador es su arrogancia y su ambición: "He sido un ganador en todo lo que he hecho. Desde niño formé parte del equipo nacional de lucha en México, además soy arquitecto y he hecho todo lo que he querido en mi vida", ha aseverado.

El empuje del público latino y estadounidense es la fuerza que alimenta a un luchador, que depende del contacto con los espectadores, que le hace "trabajar más duro y seguir adelante", ha subrayado un campeón que este año asegura que "lo va a ganar todo".

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